En cierta medida, todos procuramos estar lo mejor posible. Cuidamos nuestra dieta, nuestra salud física, practicamos algún deporte, pero la inmensa mayoría descuida un aspecto prioritario de la salud: nuestro estado mental y emocional. Cuidar nuestra higiene emocional es esencial para poder tener la estabilidad psicológica que todos necesitamos.
Toda herida psicológica y emocional debe ser tratada a tiempo. Si no es así, corremos el riesgo de hacer crónico su dolor interior y agravarlo. Todo ello también tendrá su repercusión en nuestro estado físico, ya que mente y cuerpo están unidos. Así que, por nuestra salud general, debemos prestar atención a nuestro bienestar emocional.
Entre los rasgos más comunes de las personas que no tienen una buena higiene emocional tenemos que: Están siempre a la defensiva, son personas excesivamente críticas, carentes de entusiasmo, lábiles afectivamente, intransigentes, siempre están en postura de ataque, impiden el avance de los demás, entre otros.
La verdad es que a corto, mediano o largo plazo todos estos rasgos de personalidad pueden volvernos la vida complicada. Dificultándonos una adecuada estabilidad emocional, así como impactando nuestras relaciones vinculares con todo lo que nos rodea.
De allí que sea preciso cuidar nuestra higiene emocional. ¿Y cómo lo hacemos? Mediante la prevención. Pues prevenir, es la clave para no llegar a desarrollar ciertos desórdenes psicológicos que pueden mermar nuestra salud general.
Acá te muestro cuatro medidas útiles para poner en práctica:
- Valida tus emociones: Sí experimentamos una emoción intensa, tenemos que buscar su razón. Nuestra mente siempre nos alertará de la existencia de un desequilibrio emocional que debemos atender. Todos los problemas emocionales necesitan una respuesta activa, así como una serie de medidas y estrategias para reparar ese daño que nace de nuestro interior.
- Ubica el malestar y actúa: Lo primero es aceptar que tenemos un problema y que existe un malestar. Negarlo no funcionará, pues todo aquello que se reprime se transforma en una enfermedad, o lo expresamos a través de nuestro lenguaje no verbal, con malas caras, desmotivación, agresiones verbales, etc.
- Aumenta tu autoestima: Tenernos en cuenta, y valorarnos, es necesario para poder estabilizarnos emocionalmente. Saber quiénes somos es fundamental para encontrar la raíz de la problemática que podemos estar sufriendo, y buscar todas las ayudas necesarias para afrontar todo ello. No debemos descuidar nuestra autoestima. Haz actividades que te gusten, aquellas que sean de tu agrado y que te llenen de alegrías. Rodéate de gente con la que te sientas bien y que te aporten momentos gratos.
- Cuida tus pensamientos: Es el punto de partida de todo. Nuestro modo de pensar y procesar todos los estímulos externos puede jugar a favor o en contra, eso dependerá de la calidad de este. Escoge siempre quedarte con aquellos pensamientos que aporten, que te ayuden a sentirte bien, que sumen, que sean favorables.
- Una buena higiene mental y emocional es necesaria para nuestra vida cotidiana, para nuestras relaciones personales, para nuestro trabajo y para todas las actividades que realizamos. Acude al psicólogo de manera preventiva para mantenerte en equilibrio.
Desde la FCVB les deseamos excelente y productiva semana. Sigamos construyendo juntos por un mejor mañana.